SESSIÓ XLVI I 4 d’octubre de 2004
- ALIMENTOS PELIGROSOS. Autor: CAFEINA
Desgraciadamente, cada día las noticias de los media nos cuentan más casos de intoxicaciones alimentarias; es que cada día se consumen más alimentos, somos más gente, se buscan más novedades en la alimentacion, con más marketing que fondo alimenticio, etc. Claro que, lo que verdaderamente son peligrosos son las parejas.
Dentro de todas las novedades que están por venir, veamos una que ya ha llegado, tanto que se vende en la Boquería. Se trata de esa moda oriental que son los escarabajos, los alacranes, los saltamontes, las cucarachas…. fritos, asados, en salsa, etc.
Qué nos puede pasar con todos estos bichejos:
- Pueden contener gérmenes para los que no estamos preparados, lo que obligaría a preparar una Directiva sobre “Metodos de pasterización y/o esterilización de la cuca-racha casera“, fijando los tiempos y las temperaturas.
- Aumento de consumo de pesticidas que se encontraran en las superficies de los bichejos y, en algunos casos, en sus interiores. Porque parte de la poblacion los seguirá fumigando y luego vete a saber, si. nos los dan a comer. Habría que preparar una Directiva sobre “Pesticidas permitidos, cantidades máximas presentes, etc.”.
- Se crearán “granjas” para su cría, con el peligro de escapes que producirían graves trastornos, dada su facilidad reproductora. Si se trata de saltamontes/langostas se produciría algo semejante a lo que pasa en África, los campos arrasados. Si son cucarachas, invasiones caseras en pueblos y ciudades. Si son alacranes, prohibición de salir al campo por aquello de las picaduras. Si son hormigas, sería como en Brasil, serían las hormigas las que se comerían a los humanos.
- Se harían transgénicos y toda clase de modificaciones genéticas para que la hormiga tuviera el peso de una vaca y así aumentar la rentabilidad…. i y con la mala prensa que tienen estas modificaciones!…
- Si es verdad aquello de “lo que se come se cría” mejor no hablar.
- Su consumo ¿sería en detrimento del llamado “normal”? ¿Quedarian las vacas y los cerdos abandonados en el campo y se harían salvajes? ¿Tendríamos vacas y cerdos cimarrones? Es algo serio, no es ciencia-ficción, ya ha llegado. Hoy está en la Boqueria, mañana en todos los super y se consumirá en todos los chiringuitos.
¡Cuidado! i Hagamos algo! La APA siempre en cabeza.
2. ALARMAS FUTURAS. Autor: TRIPTOFANO
Dado que este, por ahora respetado Presidente, debe partir esta misma noche para la Capital de la, por ahora, indivisible Españauna me limitaré a exponer a correcocida una serie de elementos relacionados con el tema que hoy nos ocupa y que han de ser ponderados con mayor extensión cuando las circunstancias temporales lo permitan.
Ilustrisimos: Estamos abocados a una PERDIDA DE LA IDENTIDAD CULTURAL y ello por varias vias:
- Neo-invasión de los bárbaros. Es continua la llegada de inmigrantes (y no voy a hacer juicios de valor sobre sus razones o intenciones) que traen consigo sus costumbres alimentarias. Por esnobismo, que no por mimetismo, las vamos probando y ya es habitual hablar del cuscús, de las enchiladas, de los guacamoles, blinis, sushis, falafel y tantos otros que quizás arraiguen en detrimento de nuestros alimentos tradicionales.
- Aborrecer el cerdo y sus derivados o la vaca sagrada es cuestión de tiempo. La Historia nos enseña las consecuencias. El Imperio Romano cayó, no por la fuerza bruta de los ostrogodos sino porque estos impusieron sus gachas de mijo a las exquisiteces de Lúculo..
- España (entonces todavía una y trina) estuvo en un tris de pervertirse nutricionalmente con la llegada del trigo sarraceno, las almendras, los albaricoques y todas las frutas y hortalizas que empiezan por “al”. Pero, gracias a Santiago y Cierraespaña, pudimos expulsar al infiel y volver a las bellotas, castañas, nabos y algarrobas que nos dieron tanta gloria que todavía no hemos podido agotarla.
- Nos encanta ensalzar o redescubrir nuevos y viejos alimentos, tanto mejor si tienen connotaciones mágico-miticas: el tsampa tibetano, la quinoa, el amaranto, la rúcula, el garum, el ñame, el khef Reeditamos antiguos libros de cocina y nos aplicamos alborozados a aceptar aquellos rústicos sabores.
- Simultáneamente, la manipulación genética nos propone frutas sin cáscara o sin semillas, vacas que ya den la leche con colacao, pollos sin plumas o pescados sin espinas, todo para nuestra mayor comodidad.
- Al mismo tiempo, tambien los alimentos ecológicos, sin otros abonos que no sea un buen “compost” saturado de metales pesados y con todas las familias microbianas más agresivas, rezumando nicotina por aspersión de un caldo de colillas o con la presencia in vivo de los bichos depredadores que han servido para ahuyentar otros bichos. Y, cuando se presentan alimentos más elaborados, cada vez con mayor cantidad de aditivos que nunca declaran.
- Y, finalmente, cito la supersofisticación. Hoy dia, para “estar al loro” hay que conocer el pedigrí de los alimentos. El vinagre ha de ser de Módena, la sal Maldon, de la Camarga o la rosada del Himalaya; el mejor té el Oolong y el café más exquisito el Blue Mountain; no hay que equivocarse entre el caviar Belluga y el Sevruga. Y si, en el vino, no eres capaz de distinguir los retronasales de frutillas del bosque, cuero, pedernal, vainilla tostada y haba tonka eres un vulgar hortera.
Y esto no sería lo peor, pues no afecta la nutrición. Pero adoramos lo ligero, lo aéreo, las mousses y muselinas, las espumas al sifón, los “coulis” en vez de una salsa que permita mojar pan. Deconstruimos los platos tradicionales (los buñuelos de viento han quedado reducidos al viento). Nos lanzamos alborozados a elegir alimentos con el mínimo de grasa pero, eso sí, toda ella insaturada y repletos de fibra-calcio-selénica vitaminada, soluble, invisible y natural.
“Estos platos, ay dolor!, que ves ahora, campos de soledad, mustios y vacuos…”
“¿Qué se fizo de la suculenta paella, de la sabrosa empanada, de la contundente fabada, de los reconfortantes cocidos…?”
Ilustrísimos Académicos: Hubo un tiempo, felizmente pasado, en que la abundancia y variedad de los alimentos nos la teníamos que pintar al aceite. Luego, las cosas pintaron mejor. Lo de hoy, simplemente, no pinta bien.
3. ALARMAS. Autor: TOCOFEROL
El futuro de los alimentos no está nada claro; los conocimientos y los sistemas de investigación, tanto toxicológicos como nutricionales como…. los que sean, avanzan a gran velocidad, y es posible que cualquier ingrediente, aditivo, coadyuvante tecnológico o bien algo relacionado con los sistemas de elaboración, mezclado, almacenado, transporte, conservación y otro largo etc., puedan producir riesgos, peligros y sobresaltos que inquieten y atemoricen al consumidor o a las distintas entidades relacionadas con su producción.
Por ello se atisba que, en un futuro casi inmediato, la cantidad y calidad de todos los alimentos se vean directamente relacionados con substancias, genes, priones, fisiología, sistemas, etc., que directa o indirectamente puedan producir alarmas alimentarias.
Una pregunta que se hará el consumidor: ¿De qué me puedo alimentar? ¿Qué puedo comer?… y quizás la respuesta más sabia sea: ¿Quién lo sabe?. Investiguémoslo eliminando todo aquello que no sea de consumo positivo y sin peligro… ¿qué podrá ser? Esperemos pacientemente las respuestas y, a partir de ellas, estableceremos el régimen alimenticio (si es que queda algún alimento absolutamente seguro).