EL PAN CON TOMATE. ORIGEN Y DERECHO ALIMENTARIO APLICABLE

Cuore di bue

Tomàquet italià Cuore di bue

Sessió XXV,  1 de juliol de 1997.     Autors: Cafeína i  Teobromina

El pan con tomate, ¿de dónde viene?

No hace mucho hablábamos con un romano de pro que nos aclaraba el origen. Es algo mediterráneo, tiene un entronque con el Mare Nostrum (aunque sea de ellos).

Se remonta a Julio César y a su eépoca. Hay que llegar a la Roma imperial, la de los césares (uno de ellos llegó a jugar en el Barça), la del circo, la del panem et circenses.

Todo está en esta frase. Inicialmente era panem et tomatenses, comida propia de la zona que cruzaba la Via Apia (también se comía pan, tomate y apio, según la época del año).

Pero todos sabemos que en los años de César, Julio para sus íntimos, se terminó degenerando de una forma muy “bruta”, y de tomatenses se pasó al circenses (redondo y donde había su tomate…).

Las legiones lo trajeron a la Hispania Citerior y por los restos y excavaciones realizadas en la Imperial Tarraco, sabemos que había tavernae donde se servía pan y tomate, lo que no sabemos es cómo. La presencia de amphorae con restos de oleum hacen pensar que el dilema (pan/tomate) se convierte en trilema (pan/tomate/aceite). Pero ¿en qué orden? No debemos dudar del Ordo romanorum, apoyado por el propio Codex romanorum, lo que nos lleva al orden lógico, base del Código romano: pan, tomate, aceite.

¿Tuvo que ver el rapto de Gala Placidia (hija de Teodorico I) por Alarico y llevada a Barcelona; tuvo que ver con la fórmula del pan con tomate? No lo creemos, como parece leerse en los textos de Juan de Biclara.

Perdemos después la pista a nuestro alimentum mediterranii por varios siglos. Parece, solo digo parece,que tuvo su influencia en la batalla del Guadalete, donde Don Rodrigo (los enterados dicen Roderic) lo pasó mal; hubo mucho tomate pero faltó el pan, y, ya se sabe, al no haber equilibrio…

Poco a poco, con el pasar de los siglos, el pan con tomate se fue estabilizando como la peseta. Y se fue popularizando: de las orgías romanas se pasó al desayuno popular. Con un agravante: a la gente le empezó a saber a poco o tal vez a quitarle importancia; total, no era más que pan con tomate frotado y un poco de aceite (y ojalá fuera siempre de oliva) y hubo que ponerle algo encima. Se probaron muchas cosas pero finalmente se aceptó la loncha de jamón, a poder ser de cerdos alimentados con bellotas.

Nuevamente nos encontramos con un dilema: ¿qué era lo que le gustaba a la gente, el pan con tomate o la loncha de jamón?

Dejemos ahora este rápido repaso histórico e iniciemos un nuevo aspecto. ¿Tiene algún apoyo reglamentario? Veamos:

El tomate, como no podía ser menos (los Césares, las orgías, etc ) se llama Solanum lycopersicum. No consta que tenga relación con los Secretarios de la OTAN. (N.del T.: en el moment de redactar el tema el secretari de l’OTAN era Javier Solana, que ho fou de 1995 a 1999)

Como los tomates pueden ser (Orden 29.7.74): redondos lisos, asurcados u oblongos, en función de la mano estándar hispánica-mediterranensis, se prefieren los redondos lisos, por su más fácil manejo de mano, claro). Su calibre debe ser de 35 mm mínimo (esto es otra ventaja del Mediterráneo, pues de haber sido otro mar, el calibre se daría en inches y no nos aclararíamos).

Lógicamente tienen sus categorías comerciales:

– la extra, con la variedad Ronaldinus

– la primera, dende están los otros “buenos” pero menos

– la segunda, con los totus revolutus y ya sin árbitros…

Hay en estudio una clasificación en función de la fuerza a aplicar para realizar el frotado sobre el pan. Pero han surgido problemas en Bruselas, entre el peso y masa, y no se ha llegado a la Posición Común y, dada la complejidad del tema, probablemente deba llegarse al Comité de Conciliación.

Sobre los envases poco podemos decir ya que están afectados por la Directiva del IPPC, es decir Prevención y Control Integrados de la Contaminación y sus múltiples artículos, apartados y pies de página, y por la Directiva de Envases y sus residuos y consecuentemente por el punto verde. Este último, rechazado por la huerta murciana, que no acepta que sus tomates tengan puntos verdes, son un prodigio de madurez y colorido.

El pan. Hay dudas, hay mucho incrédulo de que unas bolitas duras encontradas entre los maxilares en la gruta del Ferrocarril de Atapuerca, sean mezcla de granos de cereales silvestres, quizá un Hordeum Vulgare. Quién sabe, tal vez estamos delante del primer pan, algo distinto del que se come en el Via Veneto (siempre Roma…) pero en fin, el padre de los panes.

Sobre el pan y su historia se ha escrito todo, sea civil, religioso o militar. Si nos centramos en nuestro Mare Nostrum, volvemos a las legiones que aportan con ellas las semillas del que luego llamaremos mijo, y que entonces era el Panicum Miliaceum, de ahí viene el nombre del pan, y del pánico a las legiones.

El trigo (triticum) de aquella época, además de cleopatras y áspides venenosos, venía de Egipto. Con los siglos llegó a la zona de Palencia, en la llamada Tierra del Pan.

Eiximenis ponderaba el pan como comida básica, lógicamente con tomates, aceite y vino. Así lo dice el refranero: “con pan, tomate y vino, se pasa el camino”.

Debemos creer que en el otro refrán “más largo que un día sin pan” no se menciona al tomate, al menos nos quedaría algo para comer, en otro caso ni pan ni tomate…El pan, para ser pan a la brava, tiene que hacerse con trigo; si se usan otros cereales se convierte en pan especial. Este suele venderse en unas tiendas muy bien puestas, llenas de cosas, incluso de pan, que se llaman “boutiques del pan”. Contrariamente a lo que pasaba hace años, que cuanto más blanco era mejor, ahora lo bueno es que sea negro o, al menos, lo más oscuro posible y con muchos “tropezones”: semillas de girasol, de sésamo, con salvado, con fibra, con grañones, etc.

Bien, pues hay que olvidarse de todos esos panes y buscar el panis campestris, conocido como pan de pagès, que es el bueno para ser frotado con tomate.

De la época de Brillat-Savarín viene la idea de tostar el pan, antes de frotar el tomate; si se hace después, puede haber problemas.

También hay pan enriquecido, pero es muy caro y termina por mirarte por encima del hombro.

Como no podía ser menos, no pueden emplearse el pan inglés ni el pan de viena ni el pan francés pues no tienen nada que ver con el Mediterráneo.

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DON QUIJOTE CAPÍTULO XLVII

 

Sessió IL, 27 de juny de 2005. Autor: Triptòfan

doctor

Sancho Panza i el doctor Pedro Recio de Agüero, de Tirteafuera. Nutricionisme radical avant la lettre.

En el que se narra lo que le sucedió a Sancho cuando quiso yantar.

Siendo ya la hora tercia y azuzándole la gazuza acudió Sancho a un figón apodado Barataria pues coligió que, con este nombre, el dispendio sería moderado ya que sus pecunios no le permitían mayores gastos. Tomó asiento en una mesa y, al instante, acudió el maestresala quien, tras apartar con presteza el aguamanil del que Sancho se disponía a beber, le dio un cartapacio bellamente ilustrado en el que, entre cenefas, se mostraban muy variados manjares con grande gusto de Sancho pues resultaban a cual más apetecible.

Pero vino en darse que se acercó también un individuo de semblante grave y adusto que empezó a aconsejarle: “No tome vuesa merced desa olla podrida porque su propio nombre declara su malignidad. Tampoco de aquella ternera, desmenuzada a la moda de Hamburgo y presentada entre pan, pues es sospechosa la salud del animal y más si ha sido objeto de maquinación transgénica. En cuanto al pan, si es de centeno puede contener el falaz cornezuelo y, peor aún si es de trigo sarraceno, pues os incitará a la apostasía. Rechazad también estos pescados en los que se hospeda el parásito anisakis. Sabed que, en los quesos, acecha la listeria y tomad cuido con las frutas ya que la patulina anida en las manzanas (maduradas en cuevas con gases mefíticos) y los cacahueses os producirán sin duda alergénicos picores.

Amoscóse Sancho y preguntó: “Dejaos de patulinadas listéricas y decidme, pues, cuál me hará más provecho….”

“Bien se ve – respondió el circunspecto – por vuestro aspecto obeso que deberíais seguir el Plan Naos que impone que ná os conviene, ni graso, ni calórico, ni edulcorado ni sabroso al paladar pues ya se sabe que la satisfacción engorda. Omnia saturatio, pessima est. Os propongo unas sutiles rebanaditas de rábano rusticano y, si las tripas aún protestan, una tortillita francesa, llamada así porque la inventaron los franceses que viven en la Francia por el gusto que les da. Es menester, eso sí, que sea integral, es decir, con la cáscara incorporada para que os aporte fibra mineral visible. ¡Ah! y que el huevo no sea de gallina pues, aparte de su reconocida lascivia, rebosa colesterol. En verdad os digo que más estimados han de ser los manjares simples, naturales y ecológicos que los compuestos y manipulados….”

Ya irritado, inquirióle Sancho quién era tal trujamán y cuál era su intención. “Yo, señor, soy doctor honoris causa por la Universidad Biosaludable y vengo a deciros lo que os conviene comer, pues miro por vuestra salud más que por vuestro contento y por ello decido quitaros lo que es nocivo para la economía corporal siguiendo el precepto de mi juramento de Hipócrates”.

Estalló Sancho: “El tragédico y parásito lo sois vos, hipócrita doctor horroris causa. Id en malhora pues ya habéis conseguido que me harte, no de sabrosa comida sino de funestos presagios y que me están produciendo la picazón de brearos con esta garrota de roble natural. Dejad comer en paz y poned cuido a vuestra sesera pues muestra claros síntomas de estreñimiento”.

Y ya sin más holganza, Sancho llenó la panza.

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Duelos y quebrantos, típic plat de La Mancha fet a base d’ous i embotits

 

UN NUEVO PRODUCTO

Novel food

Demagògia contra els Novel Foods del Movimento 5 Stelle de Beppe Grillo

XXII Sessió. 27 de juny de 1996.

 Autor: Cafeïna

Querido Presidente (las dimisiones le guarden muchos años), dignísimos académicos.

Nuestro secretario nos ha instado a que presentemos productos alimenticios que se encuentren entre el milagro y la superchería, entre la frivolidad de una acción de márketing arrasadora y el estudio serio, profundo, meditado, compulsado y equilibrado de los científicos que forman el núcleo de la producción en la industria.

Pues bien, oh docto Presidente (las dimisiones le guarden muchos años), he encontrado y traído en una redoma de vidrio (material reciclable donde los haya), un producto que quiero presentar a la Academia.

¿Qué es?

  1. Según los borradores de la Comisión de Bruselas, podría ser un Novel Food, alimento nunca consumido como tal, al menos en esta zona de la UE (la paella es un Novel Food por encima del paralelo 68 en Finlandia). No entro en otras definiciones de los Novel Food.
  2. Podría ser un aditivo para la FDA ya que , a pesar de su aparente ingravidez y liviandad, no puede negarse que tras su ingesta algo queda en el ser humano. El pueblo, que es muy sabio, dice que “administrador que administra y enfermo que enjuaga, algo traga”.
  3. Podría ser, simplemente, un fruitivo. Y me permito adivinar que para nuestro Presidente (las dimisiones le guarden muchos años)será por la que se decantará de forma intuitiva, no digamos que de forma lógica porque con él ya se sabe…

¿Qué representa para el cuerpo humano?

El ser humano no solo se alimenta sino que, a través de lo que come, corre riesgos en su salud. Tal vez, ahora que todo se está dirigiendo a la salud / higiene de los alimentos, deberíamos decantarnos por la salud en vez de pensar sólo en lo que se pega al riñón.

El producto que se esconde en esta redoma es mucho más sano que:

  1. El agua con cloro del grifo. No tema nuestro querido académico H2O, no estamos hablando del agua envasada. Se trata de agua en vrac, a granel. Esta agua, dilectos ACADÉMICOS, crea adicción. Todos, sobre todo en épocas vacacionales, hemos visto a gente con el mono de la abstinencia, buscando agua, con la excusa de la sed. Los gobernantes, en su afán de preservar al pueblo y a los otros, obliga a añadir cloro al agua con la excusa de no sé qué microbios pero con la secreta esperanza de que el mal sabor aleje a la gente del agua. Vano intento, se sigue bebiendo.
  2. Comer una galleta al día. La dosis de una galleta al día no se hizo pensando en nuestro Presidente (las dimisiones le guarden muchos años). Fijaos, Académicos, en la acción subliminal del márketing galletero: las hacen redondas para que, rodando rodando, se coman una detrás de otra. Y con el peligro que tienen las marías, quiero decir las galletas… El pueblo, que es muy sabio, suele decir: Manolo, no ha podido venir porque se ha pegado una galleta. Por algo será. Vigilemos nuestras dietas y no rebasemos la dieta de media galleta al día. En canarias, algo menos.
  3. Otro, más peligroso que el que nos ocupa, es la leche (con perdón). ¿Qué loco puede haber que se arriesgue a ingerir más de dos vasos de leche al día? Múltiples revistas USA aseguran lo que decimos. Las más prestigiosas Universidades del profundo Sur están en ello.
  4. Si, una vez más, volvemos a recurrir al pueblo: éste siempre dijo que “donde mejor está y se conserva es en la vaca” (al menos antes de volverse locas). Vigilad vuestros consumos y no arriesguéis alegremente la salud.

Antes de que formulèis vuestra pregunta, me adelanto a contestarla. No se ha hecho el estudio del hipotético consumo del “VASO DE LECHE CON GALLETA MOJADA”. Ante los posibles riesgos de la prueba, el gobierno Clinton ha pedido la reapertura y puesta al día de la base de Los Álamos en Nuevo Méjico, para iniciar los estudios.

FINALMENTE no me queda más que presentaros el producto que hay en la redoma.

Como SUS SEÑORÍAS no podían pensar otra cosa, una vez oída nuestra exposición, se trata nada más y nada menos que de…

HUMO DE TABACO.

Muchas gracias.

Fum de tabac