La vella biblioteca d’Alexandria cremant. S. III aC-S.III dC
XXXVII Sessió 27 de juny de 2001. Autor: Cafeïna
Nos pide el Excelso que escribamos sobre ciertos temas y nada como seguir sus
indicaciones que nos producen tanta alegría como placer.
Lo de Manipulación, aunque venga del viejo latín “manipulus”, tiene un aire
peyorativo que suena a trapicheo con los papeles; en nuestro caso no nos afectaría, al
estar hablando de APA, lo que nos aleja de cualquier sospecha.
Registro, también debe aclararse; no se trata de mirar con lupa el texto ni lo que lleva
en los bolsillos el portador del documento. Simplemente anotar la llegada del
documento, con la fecha y nombre del autor. Pero ¿qué nombre se pondrá? ¿el propio
del Académico de APA o aquél otro que figura en el llamado DNI?
Conservación: aquí nos encontramos con un auténtico problema técnico y, dada la
formación de los Exmos.Académicos, no habrá caso.
El largo tiempo de vida de APA ha producido un acervo cultural que, esperamos siga
acrecentándose a lo largo del tiempo y que nos obliga a garantizar su conservación.
Hemos pensado en la biblioteca de Alejandría, lugar donde se acumuló la mayor cantidad
de rollos de papiro de toda la Antigüedad. Al no guardar “libros” sino copias
manuscritas en rollos de papiro, es más parecido a nuestro caso, sobre todo por lo de
“rollos”. Pero si ellos perdieron sus catálogos, no será nuestro caso.
Aquella documentación fue consultada por los sabios que pasaban por Alejandría ¿será este nuestro caso?. Habrá que decidir si nuestro fondo cultural estará abierto a ojos
extraños o no.
La forma de guardarlos. En archivadores individuales por Académico. Claro que
podría haber casos en que, la poca producción, sólo necesitaría de una carpeta
transparente. En el dorso del archivador figuraría el nombre del Académico de APA.
Me permito pedir que el archivador del Excelso sea de color diferente de los otros.
Los documentos recibidos serán archivados y anotados en un “libro de registro” según
la fecha de recepción, de forma a seguir los progresos del autor ya sean científicos o
literarios. Este “libro” será presentado periódicamente al Excelso para que, con firma,
dé validez a los registros anotados e incluso haga, en el margen, las anotaciones que
crea convenientes, eon lo que aumentará el valor del registro.
Por supuesto que esta incipiente biblioteca no tendrá el final de la de Alejandría,
quemada por un indigno del que no diremos el nombre ya que era lo que él quería.
Conservar, del latín “conservare” es decir, guardar para las generaciones que han de
venir (siempre que el pedrusco que rueda por los cielos no nos caiga encima).
Es un punto delicado. Está la polución y los gases ácidos que destruyen los papeles
como si nada. Luego los insectos, de múltiples familias, que consideran los
documentos como una reserva alimenticia que se comen con fruición. Se podrían alejar
con ultrasonidos que, además, no molestan al vecindario por la parte ruido; claro que
los insectos podrían terminar en sus casas…
Podemos guardar nuestros documentos en alguno de los modernos métodos, DVD,
casettes, etc. pero con la evolución de la tecnología podría ocurrir que, con los años,
nuestro sistema quedara obsoleto y nadie pudiese leerlos. Quién no tiene guardado una
grabadora de cinta con aquellos dos discos que giraban. Es un problema que tenemos
que tratar. ¿En qué sistema se guardarán nuestros documentos para que sean legibles
por todos? Por supuesto habrá copias de seguridad en ordenador, en el sistema que
Microsoft o similar nos dejen, pensando en sus repetidas modificaciones.
A partir de ahora se abre una discusión para perfilar los cabos que quedan sin atar…
pero que el Excelso sabrá llevar a buen puerto.
No puedo por menos de pensar que, con los años, se dirá: “Los documentos se
Manipular, se Registran y se Conservan, Bien, Mal o como APA”
Mis respetos al Sr.Presidente y a los Sres.Académicos.