XIV Sessió, 6 d’octubre de 1993. Autor: Triptòfan
EXORDIO
EI Tortell es exclusivament catalá. Si bé avui no sembla tenir massa influència, estem segurs que, durant segles, ha impregnat pregonament Catalunya, deixant per tot arreu la seva empremta de símbol.
Toponímics, escampats arreu del nostre País, com Tortellà, Palau-tortell, Sant Feliu de Tortellat, Castelltortell, Sant Julià de Vilatorteil, Ulldetortell, Tortellà de Montgrí… i fins Tortosa (l’antiga Tortellosa) formen com el cercle de la nostra dansa, la sardana, obligadament inspirada en el Tortell.
Havíem, fins i tot, sacralitzat el Tortell: Les imatges de tots els nostres Sants i Beats portaven un Tortell rere eI cap com a símbol de resurrecció i eternitat. Dissortadament, avui l’hem simplificat en forma de senzill cércol de filferro (figura 1)
Figura 1
El costumari catalá, les tradicions més nostrades, anaven xopes de Tortell. Malauradament, però, han anat minvant, ofegades per modernismes y nyigo-nyagos. Així i tot, no fa gaires anys encara, els nostres menuts quedaven embadalits el dia de Corpus, als claustres de la Catedral, davant de la xiroia tradició del “Tortell com balla“. Dificultats tècniques (doncs es necessitava un Tortell nou cada quart d’hora), van portar a canviar-lo per una closca d’ou; hem estalviat diners però n’hem perdut el sentit alliçonador.
He intitulat aquesta lliçó “Aproximación cautelosa…” doncs, estic segur, provocará virulentes reaccions de tot tipus. I he preferit desenvolupar-la en castellá doncs això em permet de posar la distància i la perspectiva necessàries en tot estudi objectiu com ha d’ésser qualsevol estudi científic. Seguir en català, sentint tan arreladament l’estima pel Tortell, podria portar a tenyir d’apassionament arrauxat i fins de desfici allò que han d’ésser paraules assenyades.
DESCRIPTIVA
El Tortell es un ente dotado de unas características todavía muy imperfectamente conocidas. Para empezar, aun no se ha podido determinar si el Tortell pertenece al reino animal, vegetal o mineral. Parece, más bien, un híbrido pues tiene elementos característicos de los tres reinos. Hasta ahora, el Tortell se ha resistido a todo intento de análisis. La cromatografía en capa fina no ha logrado establecer un Rf valido pues el Tortell (sea del tipo que sea) no es arrastrado más allá de la línea de partida aun cuando utilicemos grandes volúmenes de eluyente; es más, si dicha elución se prolonga, se observa una degradación y una destrucción progresivas sin neta distinción de sus componentes.
Por RMN (Resonancia Mimética Nuclear) se obtienen unos gráficos incomparables; incomparables, en ambos sentidos de la palabra: por una parte, bellísimos pero, por otra, de imposible identificación (figura 2). Y si lo sometemos a espectrofotometría de llama (figura 3), los resultados son todavía peores pues el Tortell se tuesta antes de poder leer valores.
Hay, pues, que perseverar en este campo.
Figura 2. Fes clic per ampliar
Figura 3. Fes clic per ampliar
Es típico del hombre clasificar antes que conocer. No nos sorprende, pues, que ya exista una clasificación o taxonomía del Tortell aunque es prudente tenerla por provisional en espera de lo que nos revele su análisis completo.
ORDEN: Tórtidos. Agrupa a todos aquelios entes comestibles que se presentan torcidos, ya sea de forma natural (los plátanos) o como consecuencia de su preparación y/o purificación.
CLASE: Oculatus. Son los Tórtidos que presentan agujeros en su cuerpo o masa. Topológicamente, se subclasifican en Monooculatus, Bioculatus…. Plurioculatus. El Tortell se adscribe a la primera subclase.
FAMILIA: Tortellidae. Monooculatus, con dos subfamilias: circularis y ellipsoidae.
ESPECIE: Se han identificado y descrito ya numerosas especies: Tortellus comunis, T.comunis, variedad dominicalis, T.officinalis, T.conventualis (se recolecta en conventos y monasterios), Tortellus navidans (aparece en las proximidades de Navidad), T.humilis, etc, etc.
Otras especies, més evolucionadas, son el Tortellus sacharatus, que presenta una fina membrana de azúcar, el Tortellus ex-ovo ornatus, con incrustaciones de huevos duros y el muy apreciado Macrotortellus Rex, fácilmente identificable por su espectacular ornato de fruta confitada y por una inclusión que puede consistir en un haba o en una pieza de cerámica.
El haba fue siempre la inclusión tradicional pero, dado que en algunos especímenes longevos, esta haba Ilegaba a germinar dando lugar a una especie de bonsai de mata de habas, modernamente se ha substituido por una pequeña pieza de cerámica dura, con el visto bueno del Gremio de Dentistas.
Algunos tipos son de dudosa clasificación, como el Tortellus carbo, negro y friable, que es una especie en discusión pues se cree que es una simple metamorfosis del comunis tras ser sometido a altas temperaturas. Otros, como el Tortellus horridus, dotado de colmillos, son producto de mutaciones y, otros, lisa y llanamente fraudes y pretensiones de engaño. Son los falsos-Tortell, tortellots o tortelloncios. Consumidores poco avisados pueden ver sorprendida su buena fe y candidez por desaprensivos que presentan imitaciones y falsificaciones de auténticos Tortell, movidos por el ansia de un fácil lucro (figura 4).
Figura 4
Veamos pues los criterios en que debemos basar la identificación del Tortell. Un Tortell adulto, entero y sano presenta una forma circular con un agujero central. Distinguiremos las siguientes partes (figura 5):
Figura 5
a) Corteza o superficie, generalmente parda aunque en Tortell viejos puede ser verdosa por formación de moho.
b) Mesomasa, generalmente homogénea aunque en los Fulfílidos se distinguen zonas anisótropas, anatadas, acremadas, acabellodeangeladas, etc.
c) Agujero, óculo u ocelo, que conviene no confundir con simples vacuolas, producidas por defectos de la mesomasa o por la agresión de depredadores.
Lo curioso es que, teniendo las especies un genotipo muy distinto, el fenotipo es muy similar para todos los Tortell: en general es plano-convexo, sin cilios, flagelos o ambulacros que le permitan movilidad (ni tactismos ni tropismos). Como he dicho, por lo común es de baja estatura aunque en alguna especie singular presenta mayor altura y entonces cabe distinguir pedestal, fuste, arquitrabe y cornisa. Dado que el Tortell puede presentar anamorfosis, esto es, que tiene aspecto distinto si se observa plano o puesto de lado (figura 6):
Figura 6
Para distinguir nítidamente su morfología natural, el observador debe situarse ortogonalmente y a una distancia no inferior a los 10 cm pues, a mayor proximidad, se corre el riesgo de ver solamente el agujero, con el consiguiente riesgo de errónea calificación.
El tamaño es muy variable, así como la relación óculo/mesomasa. Sin embargo, a efectos legales, no se admite como Tortell genuino el que no presente un ratio r/R = 1,6 (siendo r el radio del óculo y R el radio de la especie entera). Los individuos con R inferior a 5 cm pertenecen a la familia de los Rosquíllídos.
Lo que sí es imprescindible es que el óculo está situado centralmente y de forma regular. Un óculo desplazado indica fraude. A guisa de ejemplo, vean la burda imitación de un auténtico Tortell (FIGURA A). A primera vista parece que cumple todas las condiciones exigibles pero, una más atenta observación, revelará que la mesomasa presenta una morfología netamente espiraloide y que, además, carece de corteza interior. Se trata pues de una simple ensaimada troquelada.
En honor a la Ciencia, a la que me debo, cabe hacer una digresión en este punto. Algunos autores afirman que el Tortell puede ser biológicamente activo y con capacidad de reproducción. En recientes excavaciones efectuadas en arcaicas pastelerías se han encontrado ejemplares como el de la (FIGURA B) que indicaría que este Tortell se fosilizó en plena fase de mitosis o, alternativamente, que eran dos Tortell jóvenes en fase de apareamiento. Esta misma Escuela explica el desplazamiento del óculo (FIGURA C) como una progresión de su metamorfosis, dando lugar a la neoespecie de los Cruasántídos:
Hábitat: Se les encuentra a lo largo de todo el calendario, variando la frecuencia de especies según fechas señaladas pero siempre y exclusivamente en núcleos urbanos, jamás rurales. La subfamilia de los Rosquíllidos, por el contrario, pulula por romerías y fiestas campestres; se distinguen por su menor tamaño ya citado, por una textura extraordinariamente dura y coriácea y por venir enlazados varios de ellos con un junquillo.
Aunque falsos Tortell o tortelloncios pueden darse en otras latitudes, el Tortell es exclusivo de Cataluña. El donut es simplemente un mutante de !a familia Bollidae lo que apoya la teoría de Morgan, más que la de Lamarck, sobre la supervivencia y adaptación de las especies.
Máximo depredador: el hombre, que lo devora sin contemplaciones.
SIMBOLOGÍA
¿Qué es lo que puede explicar esta compulsión del hombre por e! Tortell? Sin duda, su simbología. Las formas explican los objetos. El atractivo y la fuerza que tienen los símbolos se apoyan fundamentalmente en su apariencia externa, en su forma. A través de la observación de las formas, el hombre ha adquirido conocimientos y sabiduría. Tenemos ejemplos abundantes en Arquitectura, Mecánica, Medicina y Farmacia.
En el Tortell, la simbología alcanza profundidades insospechadas por el consumidor actual que sólo ve en él un alimento nutricionalmente fruitivo. Pero es que, al mismo tiempo que los nutrientes, el consumidor incorpora la invisible quintaesencia del Tortell.
No cabe, ni en el tiempo disponible ni en el ánimo de esta exposición, pormenorizar y extendernos en cada uno de estos posibles simbolismos. Como reza la máxima: Lo breve conduce al bravo!. La aproximación más inmediata es el agujero, por sí mismo de valor nulo pero que estalla en significados al considerar su limitación. La nada del agujero es precisamente lo que le confiere todo su valor y utilidad a la red. Sin la nada del agujero no podríamos capturar los escurridizos peces del conocimiento. El agujero enmarcado no es un espejo que refleja nuestra realidad y que rechaza la curiosidad transcendente del hombre, obligándole a permanecer a su distancia focal. El agujero enmarcado es la abertura a otros mundos, es la posibilidad de transmigración y de nuevas sabidurías.
(Ahorraré a la dignidad de los lectores las interpretaciones zafias y ordinarias que del agujero han hecho las Escuelas Voyeurista y Freudiana).
El Tortell nos recuerda el cero. Te pongo un Tortell, me decía el Hermano Abilio en clase de latín cuando yo traducía el clásico Tu quoque, filíe? por ¿Tú también quieres coca, hijo? Pero el cero es multiplicador y convierte al solitario uno en multitud infinita. Recordemos que el infinito se simboliza con dos ceros adyacentes. La letra o, el omicron, la elección continua, consubstancial al ser humano. Cuando el hombre, tras larga introspección, llega a la definición del yo, todavía puede, con el fino estilete de la clarividencia separar este siempre orgulloso yo en las dos conjunciones básicas: y… continuar… o… elegir. La elección continua que nos fue impuesta desde que a Adán y Eva se les ocurrió hacer un fast-food en el Edén.
Como anillo, la gnosis hebraica lo asimila al eterno retorno, al ouroboros, serpiente que se muerde la cola. El ouroboros (que ha pervivido hasta nuestra mesa bajo forma de peixet que es mossega la cua) es símbolo terimórfico antiquísimo: el Hen To Pan del Codex Martianus, el Uno-en-Todo, la autofecundación. Este doble sentido, creador y destructor a un tiempo, lo muestra el Tortell en su semejanza a una boca: creadora, puerta del verbo y destructora, fosa devoradora.
Si se nos asemeja una rueda, es el motor inmóvil de Aristóteles y también la Rueda de la Fortuna, acepción sutilmente evocada en los Tortell con sorpresa. Como círculo, nos recuerda la Mesa Redonda del Rey Arturo en Titangel, la de los Doce Pares de Francia, el Consejo Circular de los doce nashams del Dalai Lama y, por supuesto, el Zodíaco celestial. El Tortell es también un reloj sin manecillas ní horas que nos habla de la eternidad, de un Tiempo que no pasa sino que se queda.
Filosóficamente, si consideramos su abstracción geométrica, es el círculo agujereado del Pi chino, símbolo del cielo. Jung nos habla del cuadrado como símbolo del hombre que no ha alcanzado la unidad interior; del octógono como estado intermedio evolutivo y del círculo como estado de perfección final. El Tortell expresa la circulatura del cuadrado.
Y terminemos este Capítulo con el simbolismo que me parece más cardinal, esencial y prepícuo. El Tortell es el alimento ecuménico. Se sitúa a igual distancia de todos los comensales, sin monopolios, privilegios ni ventajas. Es la comunión en paridad simultánea y equipolente. Y digo bien comunión pues la forma del Tortell puede ser vehículo del soterrado anhelo del hombre: fagocitar al Rey y a su simbolismo de poder y esplendor cuando este Tortell asemeja una corona real, ornada de pedrería; es la Regiofagia que nos conduce a la suprema osadía, la Teofagia.
ARTE CISORIA
De toda la riquísima simbología que acabamos de exponer se deduce, sin necesidad de silogismos, la capital importancia del correcto reparto del Tortell. De nada serviría la común accesibilidad si, en el momento de la partición, los trozos fueran irregulares o aleatorios. Para los correctos corte y distribución del Tortell se han ideado muchos métodos aunque la mayoría de los cuales podrían ser adscritos a un risible Método de Corte y Confusión. Desde los que han propugnado el corte en rebanadas (llescas) horizontales, hasta los que defienden la circuncisión tomífuga (que da lugar a porciones topológicamente equivalentes pero de evidente injustidad), muchos han sido los que han abordado el problema, tanto del sistema de corte como del instrumento adecuado.
Hoy día, sin embargo, eI instrumento de aceptación universal es el cuchillo normalizado, quedando relegados a la curiosidad histórica el hacha, el serrucho, el escoplo e incluso la garlopa que sólo proporcionaba virutas de Tortell, atractivas en sí pero fútiles.
Abordemos matemática y geométricamente el problema: Se trata de dividir en segmentos iguales un anillo circular. (En esta exposición nos limitaremos al Tortell circular para soslayar la mayor complejidad del elipsoideo).
Figura 7. AM= cotangente del arco ST
OM= cosecante del arco ST
Por otra parte, es fácil calcular la superficie (y, de ahí, la masa) de cada segmento, según:Este primer gráfico (figura 7) nos indica ya con claridad que, desde un punto exterior M, sólo podré cortarse el Tortell entre la cotangente y la cosecante de un arco dado TS, que dependeré del número de comensales.
Por otra parte, es fácil calcular la superficie (y, de ahí, la masa) de cada segmento, según la figura 8:
Figura 8
¿Nos serviremos del compás? Ya sabemos los problemas que comporta calibrar y contrastar tal instrumento y los disgustos que le dio a Cristóbal Colón.Si N = número de comensales, parece sencillo el cálculo pero hay que asegurar que los segmentos sean exactamente equivalentes con el mínimo de cortes.
La teoría del Máximo Común Divisor, el Algoritmo de Euclides o de las divisiones sucesivas, la descomposición canónica de un valor absoluto pueden, sin duda, conducir a una división entera sin restos pero si y sólo si nos acordamos de cómo efectuábamos tales operaciones en el Bachillerato. Interesa llegar a la igualdad o congruencia de los segmentos. El Postulado IX del citado Euclides dice que la congruencia es una relación de equivalencia. Y el Postulado X aclara: EI segmento AB es igual (congruente) al segmento BA, postulado de la reversibilidad que nos tranquiliza al asegurar indistinta la dirección del corte. Y el Postulado Xl afina: Dados un segmento AB y una semirrecta de origen O, existe un punto único C de ésta tal que OC = AB, postulado de transferencia o de la indiferencia del sitio del corte inicial.
Sosegados ya a estos respectos, el inagotable Euclides afirma en su Teorema 6: Todo polígono regular es inscribible y circunscribible en un círculo, el centro común se llama centro del polígono y el radio de la circunferencia inscrita, apotema. Con ello queda claro que podemos prescindir de la apotema del Tortell pues la parte equivalente del agujero no interesa a nadie.
Ahora ya podemos fijar las coordenadas polares (figura9): Fijada una semirrecta orientada, de versor “i” (eje polar) y de origen en el punto “0” (polo), las coordenadas polares de un punto “P” son la distancia p = OP (radio vector) y el ángulo φ que OP forma con “i” (anomalía).Para asegurar la biunivocidad entre el plano (excluido el polo) y el conjunto de los pares de números, hay que tener en cuenta las condiciones limitadas O < p < ∞ y O < φ < 27π.
Figura 9
El polo constituye siempre un punto singular puesto que, para él, la anomalía permanece siempre indeterminada. A consecuencia de estas limitaciones se originan discontinuidades al atravesar el eje polar.Si se desea evitar este inconveniente, se utilizan coordenadas generalizadas en las cuales φ y p varían de – ∞ a + ∞ aunque, en tal caso, se renuncia evidentemente a la biunivocidad. Si se aplican tensores doblemente contravariantes ya tenemos un espacio de condominio (puesto que el objetivo era el dominio común) que es un espacio vectorial netamente abeliano si es un Abel quien empuña el cuchillo.En resumen, pues, bastar inscribir el Tortell en un polígono regular de tantos lados como segmentos se pretendan. Se trazan las bisectrices de cada ángulo, se desprecian las apotemas y ya tenemos segmentado el Tortell de forma geométricamente irreprochable (figura 10)
Figura 10
Queda así casi solucionado el problema del reparto. Digo casi porque aún queda por resolver la división del Tortell en dos partes iguales al no haberse descubierto todavía el polígono regular de dos lados.Quisiera terminar (expresión que concuerda en tiempo y deseo con el “quisiéramos que ya terminase” de ustedes), con una brevísima pincelada sobre la Física Fundamental del Tortell. Niels Bohr, a poco de presentar su modelo de átomo-mogollón, apelotonado y magmático, diseñó el modelo del átomo-Tortell en el que, un núcleo más despejado, permitía distinguir la franja de espacio ocupada por lo que pretendía llamar migones, partículas de miga interactivas. La aparición del más moderno átomo de Rutherford, dotado de pistas de rodamiento y mayores prestaciones, abortó su idea.
Figura 11. De izquierda a derecha, átomo de Bohr; átomo-tortell (con migones); átomo de Rutherford; átomo moderno (con air bag)
El origen del Tortell sigue en discusión. Partidarios del Big-Bang inicial defienden su continua expansión y parece que han detectado en su óculo, mediante sutiles observaciones organolépticas, moléculas odoríferas residuales que podrían ser eco de la explosión primigenia.No hemos agotado aquí más que el tiempo disponible y la paciencia de alguno. El estudio del Tortell ha sido sólo esbozado y su prosecución apasionante ha de dar páginas de gloria y exultación a los investigiadores más dignos de este nombre, los que decidan in-vestigiar, eso es, ahondar en cualquier vestigio para descubrir la verdadera verdad.Alrededor de la Verdad, de ese ignoto agujero, los investigiadores vamos disponiendo nuestros hallazgos, nuestros descubrimientos e invenciones en forma del Gran Tortell de la Ciencia Humana.
REFRANERO
Les farinetes poc a poc, i el tortell de pressa (Fa una aguda reflexió sobre lo ràpid que s’acaben les coses bones)
Quan tinguis un bon cistell, ja et donaré aquest tortell (Significa que no es pot transmetre saviesa a qui no té preparació per rebre-la)
Cotxe amb rodes de tortell?…. Ja pujaré en un camell! (Sempre és preferible anar sobre segur i conegut que no arriscar-se a proves estrafolàries)
Tortell i moscatell, estiren la pell (Queda clar: engreixen)
Si ja no et queda tortell, pínta-te’l amb un pinzell (Indica que, en cas d’apuro, la imaginació ajuda força)
Tortell sense forat?..„ miola el gos i borda el gat! (Es fa servir per avergonyir a qui ens ha volgut ensarronar, fent-li veure que ens hem adonat del engany i, si s’acompanya amb un gest de la mà posada a la galta com una botzina, el deixa molt més fotut)
Tortell que canvia la pell… per a mi no, per ell! (Vol dir que es tracta d’una serpota enroscada i que et pot donar un atzucac)
Casori sense anell, no el celebris amb tortell (Està clar, perquè a la núvia li recordarà l’anell que no ha tingut i es farà un fart de plorar que serà llàstima)
Del recull de cançons infantívoles.
Tortellet, tortellet, cinc de copes i fes un pet (Rotllana, Arenys de Dalt, els dijous) (Interpretació molt discutida entre folkloristes)
BIBLIOGRAFIA
- “Aenciclopedische von Ganzgewussteinschreibtet und dessenungeachtet billig” Vol. XXII, Tomos 17-29, Páginas, todas
- “La luta de los Toltels tladicionales“: Hishikawa, Keito, Migushi, Ogímoto, Kosaka, Pélez-Lodlíguez y colaboladoles habituales.
- “La Tortellíada“: Homero (Ed. Que sais tu de quoi?)
- “Las tortullas de la Inquisición“: Fra Francesch Malparit (P. Dominich, Solsona, 1657)
- “El fossar del Tortell“: Márius Sitjá i Rodolins (Englantina d’Or, Jocs Florals de Tortelldembarra, 1944)
- “Las tortelleras y otros vicios depravados“: Hernán Tobaja (Corregídor, Coria, 1582) (con Nihil Obstat)
- “Tortel·lí – Tortel·lá“: cançó napolitana anònima, vers 1851